viernes, 18 de abril de 2008

...Esto si..

Hoy comienzo mi lista de "cosas por las que merece la pena vivir" en alusión a la memorable escena de Manhattan con:



- Interiores de Mattisse, como estos y tantos mas:










4 comentarios:

Anónimo dijo...

Al respecto de las cosas que merecen la pena se me ocurren algunas:

• un amanecer con los rayos de la luna aún rielando sobre la superficie de un río cercano;
• “Bomarzo”, de Manuel Mujica Lainez;
• las Variaciones Goldberg, de Bach;
• una sonrisa sincera;
• ……………….. (rellenar los puntos suspensivos con una película del Hollywood clásico, ya conformarían de por sí una lista aparte);
• el arranque del “Príncipe Zaleski” de M. P. Shiel;
• escuchar a Petrucciani o a Charlie Parker, por ejemplo, mediante unos auriculares, viajando a bordo de un Civia de RENFE, mientras se contempla a los sones de la melodía el paisaje que se va desplazando al otro lado de la ventanilla;
• “El Jardín de las Delicias”, de El Bosco;
• el segundo movimiento del concierto para clarinete de Mozart;
• esos instantes en los que posees la seguridad suficiente como para cerrar los ojos y dejarte caer de espaldas porque unas manos amigas van a recogerte,
• una buena taza de café con leche acompañada de un cigarrillo.

Y para nuestra suerte algunas más...

Anónimo dijo...

hola, colegui, muy poético...pero me pregunto...¿realmente te has dejado caer en alguna ocasión con los ojos cerrados hacia atrás con la confianza de que detrás tuyo un amigo del alma estaría en disposición de recogerte?. Bueno, bueno, bueno ahora que recuerdo, con los ojos bien abiertos recuerdo mas bien que alguien tuvo que ayudarte a bajar de la rama de un árbol al que te habías encaramado cual Garfield t te resultaba imposible bajar...je,je

Anónimo dijo...

Cierto, Scout, recuerdo con plena nitidez aquella ocasión en la que comprobé que mi facilidad para descender de los árboles ajenos ya era cosa del pasado. Para mi fortuna pude contar con tu ayuda pues de lo contrario termino formando parte del bucólico paisaje como un elemento decorativo más.
En todo caso deseo aclarar que Garfield sería demasiado perezoso como para tomarse siquiera la molestia de encaramarse a un árbol cuyo nombre aún desconozco.
Además debo decir que es un recuerdo un tanto ignominioso (lo de sentirme suspendido, más bien colgado, pataleante, implorando ayuda...
Nunca máis, nunca máis...

Anónimo dijo...

P.D.: desde luego sólo la segunda parte es digna de incluirse en mi lista. Lo de la incapacidad para bajarme forma parte por sí sola de otra lista mucho más nutrida.